Acceso Libre
Por Erick Ac, UICN
Fotografía: © UICN / Eric Ecker
Alta Verapaz, Guatemala. En los últimos años, el cultivo de cacao se ha convertido en uno de los medios de vida preferidos y con mayor crecimiento en la Ecoregión Lachuá, ubicada en las Verapaces, Guatemala.
Debido a su alto potencial para la generación de empleos e ingresos alternativos para mujeres, es promovido por el gobierno de Guatemala a través de su Estrategia Nacional y lo impulsa por medio del Fondo Nacional para la Reactivación y Modernización de la Actividad Agropecuaria -FONAGRO-, el Programa de Desarrollo Rural para la Región Norte -PRODENORTE-, y el Consejo Nacional de Desarrollo Agropecuario -CONADEA-, enfocados en crear capacidades técnicas y ampliar las áreas de producción, con el apoyo de otras entidades gubernamentales como el Ministerio de Economía, el Instituto Guatemalteco de Turismo y la cooperación internacional.
En el marco de la Estrategia de Restauración del Paisaje de Guatemala, el sistema agroforestal de cacao se promueve como una de las principales opciones para restablecer cobertura a partir de pasto natural y guamiles. Por su parte, el Instituto Guatemalteco de Turismo ha iniciado un programa para diseñar y establecer una ruta turística del cacao en el Norte del País, que además promueva su valor cultural y la conservación de la biodiversidad.
La UICN también ha apoyado el fortalecimiento de medios de vida de las comunidades de la Ecoregión Lachuá, mediante la mejora del desempeño de la cadena de valor de cacao, el acceso a los programas de incentivos forestales, el manejo forestal sostenible y la consolidación de la producción apícola, con el fin de contribuir con la reducción de la pobreza, generar empleo, consolidar empresas rurales y fortalecer la conservación de la biodiversidad.
Todos estos esfuerzos han contribuido a que el cacao de la región sea reconocido a nivel internacional como cacao fino de aroma y sabor, lo que le ha permitido ganar cuatro premios internacionales en el último año.
En la Ecoregión Lachuá, el 95% son pequeños productores y el fomento del cultivo ha diversificado las actividades en preproducción, producción y transformación primaria. La organización comunitaria FUNDALACHUA promueve la formación de capital humano a través de un proceso de enseñanza-aprendizaje en escuelas de campo, donde se capacitan hombres y mujeres.
Muchas mujeres han participado en los procesos de formación, y algunas de ellas han hecho de estas nuevas capacidades un medio de vida, sorteando grandes desafíos, especialmente porque en la cultura Q’eqchi’, predominante en la zona, las tareas del hogar son su principal responsabilidad y en pocas ocasiones apoyan las actividades relacionadas con la producción agrícola o de otro tipo.
Mujeres emprendedoras
Doña Brenda Poou, originaria de la comunidad Rocja Pontila, de la Ecoregión Lachuá, casada y con 2 hijos, es una de estas mujeres emprendedoras que asumió el reto de apoyar la economía de su familia a través de actividades complementarias a las del hogar, involucrándose en la cadena de producción de cacao. Doña Brenda inició su experiencia formándose como injertadora en una de las escuelas de campo establecidas en la Ecoregión Lachuá, donde aprendió las técnicas de clonación del cacao utilizadas para la propagación de plantas.
“Aprender a injertar plantas de cacao, es un conocimiento que nos ayuda a sostener a nuestras familias, porque nos da trabajo y ahora podemos comprar algunas otras cosas para nuestros niños”, explicó doña Berta.
Luego de aprender la técnica, Doña Brenda se unió a un grupo de injertadores hombres que recorren la región prestando sus servicios en diferentes fincas y viveros privados y de algunas organizaciones que les demandan el servicio. Además de sus responsabilidades en el hogar, doña Brenda se ausenta de casa por periodos de hasta 5 días para ir a trabajar. Este esfuerzo la ha llevado a convertirse en una de las pocas expertas injertadores del país, alcanzando un nivel de 95% de prendimiento en los injertos que realiza y la capacidad de hacer 300 por día, lo que en términos económicos representa Q300 (USD 42) diarios (3.5 veces el salario mínimo para este tipo de trabajos en Guatemala).
Hoy en día muchas mujeres jóvenes la ven como ejemplo y desean seguir sus pasos, involucrándose no solamente en las actividades de propagación de plantas de cacao, sino también en otras actividades vinculadas a la producción y trasformación primaria. Es así como en el último año las escuelas de campo establecidas en las Verapaces mostraron un 30% de participación de mujeres.
Figura 2. Plantas de cacao injertadas por Brenda Poou, en vivero privado de la Ecoregión Lachuá. © UICN / Erick Ac
Figura 3. Brenda Poou, Junto a su padre y hermanas dentro de la plantación de cacao. © UICN / Erick Ac
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