Notas de Divulgación Científica Número 4 Volumen 2

Innovación y diversificación: cadenas de valor de productos del bosque como herramienta de conservación en Guatemala

Acceso Libre | Nota Revisada por Pares

Mario Roberto Jolon1, Jorge Cruz2, Manuel Manzanero3, Oscar Rojas4

1Especialista en Monitoreo y Evaluación, Rainforest Alliance  Guatemala. mjolon@ra.org.
2 Senior Associate, Rainforest Alliance
3 Especialista en Manejo Forestal, Rainforest Alliance Guatemala.
4 Director de País, Rainforest Alliance Guatemala

Cita: Jolon, M.R., Cruz, J., Manzanero, M. y Rojas, O. (2018). Innovación y diversificación: cadenas de valor de productos del bosque como herramienta de conservación en Guatemala. Revista Yu’am 2(4): 46-56 pp.
Recibido: 14/12/2017
Aceptado: 19/2/2018
Publicado: 1/9/2018

 

Antecedentes

El Programa Clima, Naturaleza y Comunidades en Guatemala de USAID (CNCG) fue implementado por un consorcio de seis organizaciones[1], lideradas por Rainforest Alliance (RA), que buscó a través de sus cinco objetivos, crear condiciones para mitigar y adaptarse significativamente a los efectos negativos del cambio climático mediante un enfoque que integra: la competitividad de empresas locales, el manejo sostenible de los recursos naturales y la conservación de la biodiversidad. En esta nota presentamos los principales resultados obtenidos en la Reserva de Biósfera Maya (RBM) a través del abordaje de Bosques y Mercados (Objetivo 1), bajo el enfoque de comercialización sostenible de productos y servicios del bosque. Esto se realizó a través del fortalecimiento de la capacidad productiva, el acceso a mercados y la competitividad de las organizaciones de base comunitaria dependientes de los bosques y de pequeñas y medianas empresas (PYMES) dedicadas a la producción y venta de servicios ambientales y turísticos (Rainforest Alliance [RA], 2017).

Para ello, CNCG dio asistencia técnica a estas agrupaciones para la generación de productos de alta calidad, en el marco de cadenas de valor sostenible y socialmente incluyentes (Arcos, Lozada, Mejía y Gómez, 2009).  Lo novedoso en las cadenas de valor desarrolladas por RA (Figura 1) es un crecimiento planificado alrededor de una empresa consolidada, a la cual se agregan otras en diferentes etapas productivas y a partir de ahí se fortalecen. Esto se hace según el plan establecido para las empresas, en donde es posible identificar las posibilidades de crecimiento y mejora de la calidad de los productos. Con esta iniciativa, CNCG buscó contribuir a mantener los bosques y dinamizar las economías dependientes de los mismos.  El enfoque de abordaje logra mostrar con datos sólidos como los medios de vida y la conservación están vinculados más allá de un marco teórico o conceptual (Salfsky y Wollenberg, 2000). Esto muestra los impactos positivos extendidos a un grupo cada vez mayor de beneficiarios directos e indirectos en la RBM, a quienes interesa que esta estrategia de conservación se mantenga, basada en aprovechamiento de especies silvestres y en los beneficios económicos-sociales derivados, y que ayuda al mantenimiento de más de medio millón de hectáreas.

[1] Rainforest Alliance RA; The Nature Conservancy TNC; World Wildlife Fund, WWF; Universidad del Valle de Guatemala, UVG; Fundación Defensores de la Naturaleza FDN y Asociación Guatemalteca de Exportadores, AGEXPORT. Febrero de 2013 a febrero 2018.

Figura 1.  Funcionamiento de la cadena de valor. El diagrama muestra cómo funciona la cadena de valor definida por RA, con base en el establecimiento de una empresa ancla y la vinculación de empresas a lo largo de la cadena y los procesos de transformación del producto.

 

Descripción del área

Declarada en 1990, la RBM (Figura 2) ocupa 20,000 km2, una extensión casi equivalente al área terrestre de El Salvador, y constituye uno de los ejemplos más emblemáticos de gestión de áreas protegidas a nivel de Latinoamérica, en un contexto crítico de gobernabilidad (Consejo Nacional de Áreas Protegidas [CONAP] y Wildlife Conservation Society [WCS], 2015; United States Agency for International Development [USAID], 2017).  En este espacio coinciden diferentes esquemas de manejo y administración de espacios naturales, entre ellos nueve parques nacionales (zonas núcleo, ZN, 36%), áreas de concesiones para manejo forestal comunitarias (12) e industriales (2) y áreas de conectividad o corredores biológicos (Zona de Usos Múltiples, ZUM, 40%, ver Cuadro 1); protegidos hacia el sur por la Zona de Amortiguamiento (ZAM, 24%), que en su totalidad suman 2,112,900 hectáreas (Ver Figura 2) (CONAP y Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural [DGPCN], 2014; CONAP, 2017).

Figura 2.  Mapa de la zonificación interna de la RBM. El presente mapa muestra las diferentes unidades de manejo contenidas en la RBM.  Las zonas resaltadas corresponden a las Concesiones Forestales Certificadas (FSC).

 

La RBM es parte de las Reservas de Biósfera reconocidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Dicha reserva cuenta con un sitio de patrimonio mixto, el Parque Nacional Tikal (PNT) y dos humedales de importancia Ramsar: el Parque Nacional Laguna del Tigre (PNLT) -el mayor humedal de agua dulce de Mesoamérica- y los sistemas lagunares del Parque Nacional Yaxhá-Nakum-Naranjo (Parque Nacional Yaxhá Nakum Naranjo [PNYNN] y CONAP, 2017). Además, cuenta con relictos de ecosistemas únicos como los rodales de encino (Quercus oleoides) y pino (Pinus caribea) en el PNT; zonas de afloramiento de yeso en el Parque Nacional Mirador-Río Azul (PNMRA), y arrecifes de moluscos bivalvos de agua dulce y remanentes de manglar, ambos en el río San Pedro (CONAP y DGPCN, 2014).

La RBM, además de ser el corazón de la Selva Maya, es la mayor área silvestre continua en toda Mesoamérica. Contiene muestras importantes de biodiversidad del país: cerca de 2,800 especies de plantas vasculares, incluyendo especies maderables de alto valor comercial como el cedro (Cedrella odorata), caoba (Swietenia macrophylla) y especies no maderables como el chicle (Manilkara zapota), xate (Chamadorea sp.) y pimienta (Pimienta dioica).  La reserva cuenta con al menos 41 especies de peces, 33 de anfibios, 106 de reptiles, 513 de aves, 122 de mamíferos, 40 de escarabajos copronecrófagos, 112 de hormigas, 535 de mariposas, siete especies de escorpiones y cinco especies de tarántulas (CONAP y DGPCN, 2014; USAID, 2017).

En respuesta a la demanda social de acceso al uso y manejo de la biodiversidad presente en la RBM, en 1994 se implementó un mecanismo novedoso de co-manejo, dando en concesión áreas extensas dentro de la ZUM para manejo forestal. Este proceso se consolidó a inicios de siglo y abrió el camino para establecer manejo en 533,132 ha por un periodo de 25 años (Cuadro 1).  Lo cual se formalizó con base en contratos firmados entre el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y los comunitarios[2]. Así mismo, se estableció como requisito que dichas áreas deberían certificarse bajo el Forest Stewarship Council (FSC) y mantener a lo largo del tiempo dicha certificación (Hodgdon, Hughell, Ramos y McNab, 2015).

 [2] Organizados actualmente bajo la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP).

 

Tabla 1

Concesiones forestales comunitarias e industriales de la ZUM en la RBM y su tipo de certificación por producto (√)

1 Concesiones canceladas; 2 Plan de manejo suspendido

 

Durante los 20 años transcurridos, las concesiones forestales han ido consolidándose en un modelo basado en el aprovechamiento de bienes y servicios ambientales provenientes de la RBM, obteniendo bajo manejo productos maderables, no maderables y servicios turísticos que han generado un fuerte interés en proteger esas áreas por los beneficios económicos que han generado (Grogan, 2015; Hodgdon & Loewenthal, 2015; Hodgdon et al., 2015)

 

Metodología

A través de CNCG se llevaron a cabo una serie de acciones con la meta de implementar mejores prácticas de manejo, tanto técnicas como administrativas, para fortalecer el esquema de uso de los bienes y servicios ambientales e incrementar los ingresos de manera diversificada. Para ello se realizaron las siguientes acciones comprendidas en el periodo del 2013 al 2017 (USAID y RA, 2013):

  1. Implementación de un enfoque innovador de cadenas de valor, cuya articulación requiere la identificación y selección de una empresa ancla, que es aquella líder en la cadena por producción, acopio y capacidad de agregar valor y comercialización de un bien o servicio. El enfoque es de carácter integral e inclusivo ya que vincula  producción primaria (productores), procesadores y comercializadores (transformación primaria/secundaria), hasta mercadeo y comercialización (consumidor final). Esto se hace de tal manera que las capacitaciones y asistencias técnicas se dan a diferentes niveles de la cadena (Figura 1) y en dirección desde el mercado a la producción primaria.
  2. Desarrollo de evaluaciones de desempeño para medir el avance de las principales PYMES con las que se ha trabajado a lo largo de la vida del programa. Para ello se utilizó la herramienta Autodiagnóstico de Desarrollo Organizacional y Empresarial (ADORE©), desarrollada por RA, para medir el desempeño en cuatro áreas (institucional, económico, social y ambiental) de manejo de las empresas asistidas, proponiendo un plan de mejora a implementar en el mediano y largo plazo (Castillo y Cardona, 2011).
  3. Planes de trabajo para la mejora empresarial, implementados a través de asistencias técnicas y capacitaciones a las concesiones forestales para mejorar diferentes aspectos del manejo (manejo forestal, negocios, certificación, créditos, administrativo, desarrollo de herramientas). Los mismos se elaboraron uno para la empresa ancla y otro para la cadena, los cuales abordaban temas a nivel de mejora de empresa y en otros procesos vinculados desde proveeduría hasta mejora de procesos con entes reguladores, como CONAP, por ejemplo.
  4. Crear un ambiente favorable para aumentar la viabilidad de la conservación a través de la identificación de oportunidades de negocios sostenibles que beneficien a las comunidades locales y a la biodiversidad (procedimientos institucionales, apertura de mercados, intercambios de experiencias, entre otras).
  5. Asesorar a las instituciones reguladoras, como Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), CONAP, Instituto Nacional de Bosques (INAB) y Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) para el desarrollo de instrumentos de regulación para el manejo forestal de maderables y no maderables, con énfasis en áreas relativamente pequeñas y ubicados en la ZAM y ZUM de la RBM, en productos complementarios para la economía local (por ejemplo, miel o carpintería).
  6. Finalmente se organizó o participó en el desarrollo de ferias y ruedas de negocios como espacios clave donde vincular oferta y demanda, así como fortalecer y consolidar los mercados sostenibles y legales, estas acciones como parte de las estrategias de mercado para las cadenas y anclas.

 

Los dos grandes indicadores del impacto de este proyecto son: las ventas totales e incrementales derivadas de las diferentes acciones de fortalecimiento o acompañamiento a las PYMES a través de asistencias técnicas y capacitaciones.  Toda la información se captura en formatos estandarizados y es ingresada a bases de datos para su posterior procesamiento y análisis (RA, 2016). Los empleos apoyados por el programa a través de las PYMES se reportan de manera integrada bajo el concepto de “equivalentes de tiempo completo” (Full Time Equivalent, FTE[3], que significa estandarizar los datos a jornadas laborales de 8 horas, como un empleo tiempo completo.

[3] Este dato se integra a través de contabilizar de manera aproximada los siguientes tipos de empleos: jornales (80%), temporal (15%), tiempo completo (5%).

 

Resultados e implicaciones de manejo

Durante la vida del programa se establecieron un total de 13 cadenas de valor[4] que vinculan un total de 113 PYMES.  De ese total fueron evaluadas 30 (27%) empresas, al inicio y al final del programa, utilizando la herramienta denominada ADORE© (Castillo y Cardona, 2011).  Las empresas evaluadas mostraron mejoras en su desempeño en un promedio del 12% con relación a su calificación inicial, respondiendo así a los planes de mejora continua de las cadenas, en particular de las empresas ancla.  Dichas empresas recibieron un total de 8,461 horas de asesoría técnica o capacitaciones (1,058 días) para mejorar sus procedimientos técnicos y/o administrativos involucrando un total de 2,864 personas: 575 mujeres (20%) y 2,289 hombres (80%). Se inició trabajando con ocho cadenas y durante el proceso se establecieron cinco más culminando con el número indicado. Se fortalecieron las cadenas preexistentes y las recién establecidas.

El impacto de estas acciones se hace evidente en el total de ventas reportado por las empresas durante los diferentes años fiscales[5] trabajados (Cuadro 2), según las principales categorías reportadas.  Durante todo el periodo se reportaron un total de 41 millones de dólares en ventas totales acumuladas y 5.5 millones en ventas incrementales acumuladas distribuidas en más de 48 subcategorías de bienes o servicios ofrecidos por las PYMES (Figura 3). Así mismo, se ayudó a mantener un total de 5,019 empleos FTE de los cuales 20.24% corresponde a mujeres y 79.76% a hombres.

[4] Las primeras ocho cadenas fueron identificadas con los siguientes nombres: (1) Madera aserrada; (2) Diámetros menores de madera; (3) Molduras y componentes de madera; (4) Muebles de Peten; (5) Xate; (6) Nuez de ramón; (7) Turismo Comunitario Carmelita; (8) Turismo Comunitario Yaxhá, y las más recientes: (9) Miel; (10) Turismo Comunitario RBM; (11) Chicle; (12) Guano y (13) pimienta.

[5] Año Fiscal según USAID: de octubre a septiembre.

 

Tabla 2

Detalles de las ventas totales e incrementales (US$) por categoría, estado de certificación y año fiscal reportados para Petén como resultados del trabajo realizado por el Programa CNCG

 

Figura 3.  Infografía que muestra cómo se diversificó la producción de bienes y servicios en las Concesiones Forestales de la RBM.

 

Otro aspecto importante del apoyo ofrecido por parte del programa es que por primera vez en los procesos de auditorías de la certificación FSC[6] de las concesiones forestales, se logró que la misma fuera Sin No Conformidades, lo cual fue un éxito del acompañamiento técnico, ya que sin ello existe el riesgo de perder la certificación y por tanto, uno de los requisitos legales clave establecidos para el manejo forestal a través de las concesiones en la RBM.  Además de ello, se dejaron las capacidades instaladas y fortalecidas para que estas acciones se sigan desarrollando posterior a la culminación del programa.

[6] Para conocer detalles puede visitar el sitio https://es.fsc.org/es-es/certificacin

Al inicio de CNCG, RA apoyó a la Empresa Comunitaria de Servicios del Bosque (FORESCOM) a mejorar su modelo de negocios a través de asistencia técnica, para mejorar las relaciones con sus proveedores y el mercado. Esto dio por resultado que los precios de la madera negociada se incrementaran y se ampliara la variedad de productos negociados.  Por ejemplo, en el caso del manchiche (Lonchocarpus castilloi), FORESCOM logró ampliar el margen de ganancia: en 2013 exportaban dos contenedores[7], (US$, 60,999), 2014 siete (US$ 235, 238), 2015 seis (US$ 255,212),2016 12 (US$ 434, 484) y finalmente en 2017 se exportaron 14 contenedores (US$ 504,600), de los cuales el 21% en promedio fueron ingresos para FORESCOM por la prestación de servicio. Otro ejemplo lo constituye pasar de vender Deck calidad A, a la empresa General Woodcraft, a vender calidades A y AB a través del desarrollo del HIT&MISS, que permite un mayor rendimiento de la madera de menores anchos y largos más variables en las duelas elaboradas.

[7] En promedio cada contenedor, dependiendo de los productos, se vende a US$40,000.00

La cadena de diámetros menores se refiere a aquellos productos que provienen de los raleos de plantaciones, los cuales son variables y es material que se obtiene posterior a los tres años de manejo. Esta cadena se fortalece vinculada a los procesos de restauración por medio de plantaciones y reforestación en la ZAM y fuera de áreas protegidas. Los productos de raleo se emplean para financiar el manejo de las plantaciones logrando la mejora del desempeño empresarial de la empresa ancla de la cadena (Transportes Vanesa) y otros actores para mejorar el área de impacto, producción y ventas las cuales pasaron de un poco más de medio millón (2015) a casi US$ 1.1 millones (2017).  Esto ayuda a explicar el incremento de ventas totales para productos maderables no certificados durante el periodo del programa (Cuadro 2).

La cadena de valor de madera aserrada constituye el mayor volumen de venta, con cerca de US$29 millones.  El esfuerzo dentro de esta cadena se orientó a los grupos de Madera Aserrada (caoba/cedro) y las especies menos conocidas (santa maría, manchiche y pucté).  Trabajando con ellos en 1) estrategias de mercado: como por ejemplo venta de especies en conjunto o mejora de calidades de madera 2) mejora de los modelos de negocio de las especies menos conocidas y las denominadas “exóticas”[8] para la fabricación de guitarras acústicas y eléctricas, muebles de alta calidad y pisos respectivamente y 3) desarrollo e incorporación de nuevos productos (i.e. cuellos de guitarra, y sistemas de clasificación de madera para instrumentos musicales).  Con base en este trabajo, se logró el incremento de un poco más de US$0.30 por pie tablar[9[1] 1 m3 equivale a 423.776 pies tablares] de caoba, así mismo se lograron mejores precios por otras calidades (Cuadro 3), en donde es evidente que a partir de 2014 se logran ventas por arriba de los US$4 por pie tablar, así como la llegada de compradores (empresas fabricantes) interesados en piezas especiales por parte de fabricantes de instrumentos como Two Old Hipies y Tylor Guitars.

[8] Especies tales como: catalox (Swartzia lundelli), cericote (Cordia dodecandra), chaltecoco (Caesalpinia velutina), chechen negro (Metopium browneii), chichipate (Sweetia panamensis), granadillo (Platymiscium yucatanum), hormigo (Platymiscium dimorphandrum), jobillo (Astronium graveolens) y tzalam (Lysiloma bahamensis)

[9] 1 m3 equivale a 423.776 pies tablares

 

Tabla 3

Resumen de los datos de venta de caoba por categorías de venta por pie tablar

Precio en US$ por

Pie tablar

Ventas en US$/Año Total
2013 2014 2015 2016
0 A 2 534,560.97 305,250.10 428,349.33 564,574.95 1,832,735.34
2 A 3 689,734.74 1,909,597.16 568,420.96 392,565.96 3,560,318.81
3 A 4 1,457,472.20 597,513.95 367,406.44 332,540.00 2,754,932.59
4 A 5 1,011,123.86 693,707.10 381,407.59 2,086,238.55
5 A 6 3,290.87 693,472.44 788,392.21 1,485,155.52
Mayor de 6 149,567.35 149,567.35
Grand Total 2,681,767.91 3,826,775.93 2,751,356.26 2,609,048.05 11,868,948.15

Se muestra el incremento de precio de venta a partir de 2014 a 2016, cambio marcado por la línea verde, con base en la incidencia de CNCG logrando alcanzar incluso ventas mayores a US$6 por pie tablar.

Se fortaleció el turismo comunitario en Uaxactún, Carmelita y Yaxhá, mediante capacitaciones para la prestación de servicios y el fortalecimiento de la organización comunitaria con fines comerciales, logrando duplicar sus ingresos anuales debido a ese apoyo.  En el caso de la Asociación de Organizadores para el Desarrollo Sostenible de la Región de Yaxhá  (ASODESTY), como ancla en la Cadena de Turismo de Yaxhá, se apoyó un proceso de capacitación y mejora de los productos y servicios ofrecidos por los comunitarios, así como la promoción de la visitación a través de videos y aplicaciones.  También se logró su participación dentro del consejo consultivo del Parque, como parte de la gobernanza del mismo. Estos esfuerzos han contribuido a que la visitación del Parque pase de US$96,000 anuales en el 2013 a US$207,000 en el 2017.

La cadena de miel se fortaleció por su vinculación con la conservación y restauración del bosque, mediante el establecimiento de apiarios en áreas de reforestación y regeneración natural, así como asesorándoles en la mayor tecnificación de la producción de miel.  En un trabajo multi institucional entre la Corporación para la Cooperación Internacional de la República Federal de Alemania [GIZ, por sus siglas en alemán], MAGA, ACOFOP, la Cooperativa de Agricultores de Petén [COADAP] y RA, se crea la mesa de la miel como el esquema de gobernanza para la cadena de valor, con el objetivo de no duplicar esfuerzos e inversiones y coordinar un programa de asistencia técnica. Esta mesa, con la incorporación de más actores, logra cambios importantes en el marco institucional: 1) que se pudiera trabajar produciendo miel[10] dentro de áreas protegidas 2) que la especie de abeja africanizada (Apis melífera) fuera reubicada en los listados de especies exóticas de la lista negra a la lista blanca y 3) desarrollo de herramientas para manejo de apicultura en áreas protegidas, logrando por primera vez en la historia del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP) licencia de transporte de miel para el Parque Nacional Sierra del Lacandón (PNSL).

[10] Las limitaciones se derivan por que la especie A. melífera es exótica y formaba parte de la lista negra de especies exóticas para Guatemala, la cual limita su uso y manejo.  Para detalles específicos ver CONAP (2004) y (2011).

El fortalecimiento de la mesa de miel logra trabajo coordinado con la COADAP, quien se integra al esfuerzo en una alianza de beneficio mutuo, por medio del cual se brinda asistencia técnica a apicultores. Incrementándose así el número de colmenas de 1,100, a más de 2,000, e incrementando el número de socios activos, la producción para exportación y el fortalecimiento de la certificación de comercio justo.  Estos esfuerzos se extienden hacia los Centros de Aprendizaje para el Desarrollo Rural (CADER) con el fin de ampliar la actividad apícola para conservar y generar empleo rural, ya que la apicultura en áreas protegidas solo se autorizaba a poblaciones residentes, pero en el caso de PNSL es a través de los CADER.

Para fortalecer la participación de la mujer y jóvenes[11] se ha promovido el enfoque integral de manejo del bosque, logrando una mayor participación de estos grupos en las cadenas de miel, xate, pimienta y chicle.  Al inicio del programa, los bienes del bosque se gestionaban a través de planes de manejo por producto (madera, chicle, xate, etc.), esto implicaba mayor costo de transacción y gestión, reduciendo el margen de ganancia.  Posteriormente, después del análisis de CONAP, se promovieron planes de manejo para maderables y no maderables, mejorando los ingresos.  En la fase final del programa, se gestionó el plan de manejo integral, lo cual reduce los costos de transacción, así como los trámites de aprobación de dichas herramientas, toda vez que en lugar de buscar aprobaciones por plan se hace en un solo procedimiento lo cual redunda en ahorro de tiempo y agiliza el inicio de operaciones.

[11] Según la política nacional de juventud 2012-2020, de 13-29 años de edad se considera joven (MIDES-SEGEPLAN-CONJUVE, 2012).

Sobre esta base, la principal implicación directa para el manejo es poder replicar este esquema hacia áreas que actualmente no cuentan con manejo activo y están sometidas a una fuerte presión por usos ilegales, incendios, caza furtiva, entre otros.  Así mismo, parte de los modelos productivos impulsados pueden llevarse hacia la zona de amortiguamiento a mayor escala, para ayudar a reducir la presión por parte de las poblaciones humanas. Ejemplos de estos modelos incluyen la producción de semillas de ramón y el desarrollo de modelos de restauración considerando la producción de no maderables como xate, miel, etc.

A la fecha resultó ser un acierto aplicar la diversificación de los productos maderables y no maderables, así como la agregación de valor y la inclusión de nuevos productos específicos (ver Figura 3, Cuadro 2). Así mismo, incidir ante el CONAP para establecer la herramienta de los Planes de Manejo Integrales, incluyendo productos maderables y no maderables, así como los beneficios que esto significa, mejora de la competitividad y reduce costos para los comunitarios, sin poner en riesgo la sostenibilidad de los recursos, incluso mejorando los procesos de monitoreo.

Los productos no maderables como el xate, la miel, el ramón y el turismo ya aportan significativamente a la generación de empleos e ingresos a personas vinculadas a las concesiones (Figura 4).  El valor agregado también aumentó los ingresos por unidad de producto forestal aprovechado, tal es el caso de la madera para cuellos de guitarra (ver Figura 3 y Cuadro 2). Si bien el rol de los productos no maderables tiene una importancia relativamente menor en ventas, los ingresos de este tipo de productos llegan en mayor cantidad directamente a las familias que participan en las empresas y benefician a un mayor número de concesionarios, ya que participa mayor porcentaje de mujeres y jóvenes. Por esta razón, la corresponsabilidad en el manejo adecuado de la biodiversidad fortalece el esquema de gobernanza en cada concesión (Figura 4).

Figura 4.  Detalle de las ventas de productos no maderables, turismo y empleos generados en las Concesiones Forestales de la RBM.

 

En el caso de la RBM puede decirse con propiedad que la conservación del Patrimonio Natural se ha vinculado de mejor manera a los medios de vida e ingresos de la población concesionaria, mediante la diversificación de productos aprovechables del bosque, la articulación y optimización de las cadenas de valor maderables y no maderables.

El fin último del uso, bajo normas de manejo sostenible, es permitir obtener el mayor beneficio sin sacrificar la fuente que genera los mismos.  A la vez, busca generar el mayor beneficio posible de los bienes obtenidos, lo cual implica en el largo plazo, generar mayores ingresos empleando un menor volumen de recursos (Salafsky y Woolenberg, 2000).  Es bajo esta óptica que el modelo de trabajo implementado a través de las concesiones permite reducir la tasa de deforestación a casi cero en la ZUM (Hodgdon et al. 2015) y también el apoyo a las actividades turísticas fortalece y asegura las áreas de la ZN del oeste de la RBM, a través de la mejora de los medios de vida.  Si bien la dinámica de un área tan extensa como la RBM no facilita las generalizaciones, sí es posible identificar que las acciones de manejo en las concesiones tienen resultados tangibles y positivos para los esquemas de conservación en Guatemala, los cuales, al ser analizados desde la óptica de los beneficios económicos recibidos, apuntan la necesidad de mantener estos ecosistemas.

 

Literatura citada

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